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Cap赤tulo II : D.Promoci車n y protecci車n de todos los derechos humanos

Las agencias humanitarias y los asociados de la ONU est芍n ayudando a cientos de miles de refugiados rohingyas en Bangladesh, septiembre de 2017. Foto: PMA/Saikat Mojumder

La paz es en s赤 misma un imperativo de derechos humanos

?Estoy convencido, hoy m芍s que nunca, de que la paz es en s赤 misma un imperativo de derechos humanos. En todo el mundo han estallado numerosas crisis y conflictos en los que se violan reiteradamente las leyes que protegen los derechos humanos, incluso en situaciones de emergencia p迆blica y de guerra. En el Afganist芍n, el Iraq, Libia, Sud芍n del Sur, la Rep迆blica ?rabe Siria y el Yemen, las instalaciones m谷dicas, los lugares de culto y las escuelas fueron atacados y bombardeados repetidamente. En esas y otras zonas en crisis 〞como Burundi, la Rep迆blica Democr芍tica del Congo, la regi車n del lago Chad que ha sufrido los ataques de Boko Haram, Mal赤, partes de Myanmar, Somalia, el Sud芍n, Ucrania y el Territorio Palestino Ocupado〞 cientos de miles de personas han perdido la vida.

Cada vez con mayor frecuencia, quienes sobreviven a esos ataques se ven obligados a huir, exponi谷ndose a un mayor riesgo de morir o sufrir nuevas violaciones al desplazarse en condiciones en las que no se respeta la dignidad humana y en las que los ni?os quedan hambientos, sin escolarizar y sometidos a violencia. Detener esos cr赤menes contra la paz y garantizar que las v赤ctimas reciban reparaci車n y que los responsables respondan por sus actos son algunas de las tareas m芍s apremiantes que nos competen.

Adem芍s de los conflictos sangrientos, durante el 迆ltimo a?o persisti車 la privaci車n de los derechos econ車micos y sociales b芍sicos de millones de mujeres, hombres y ni?os, debido en algunos casos a la pobreza cr車nica o en muchos otros a la gobernanza deficiente o la austeridad impuesta. Las enormes desigualdades que existen entre los g谷neros, los grupos sociales y los niveles de ingreso han mermado la confianza de la poblaci車n. Con demasiada frecuencia la inseguridad econ車mica y social se achaca a ※los otros§, ya sean migrantes o personas de raza, etnia, g谷nero o clase social diferente, y no a las pol赤ticas p迆blicas fallidas.

?En ese contexto, millones de personas escaparon de los conflictos armados y emigraron en busca de oportunidades y de protecci車n de sus derechos humanos. El n迆mero de personas que murieron al intentar cruzar el mar Mediterr芍neo es desconsoladamente elevado: unos 1.900 muertos y desaparecidos al mes de julio de 2017, pese a que el n迆mero total de llegadas a Europa disminuy車 con respecto a 2015/2016. Muchos m芍s perdieron la vida o desaparecieron en otras regiones del mundo o padecieron torturas y traumas u otras violaciones de los derechos humanos antes de llegar a su destino.

Me ha causado consternaci車n el malintencionado discurso pol赤tico que se difunde en numerosos pa赤ses. Muchos dirigentes, en lugar de adoptar criterios razonados y de cooperaci車n, han atizado las ardientes llamas del prejuicio y el temor, que dividen y debilitan a sus sociedades. En el mundo se ha desatado una ola de racismo y xenofobia que se manifiesta en estereotipos, comportamientos con sesgo racista, el discurso de odio y delitos motivados por prejuicios. Debemos apoyar un芍nimemente, quiz芍s hoy m芍s que nunca, las normas y los mecanismos universales de derechos humanos.

En la Declaraci車n de Nueva York para los Refugiados y los Migrantes (v谷ase el p芍rr. 52), que brinda un atisbo de esperanza para el futuro, se adopt車 una firme posici車n de principios y los Estados Miembros se comprometieron a proteger en todo momento los derechos humanos de todos los migrantes independientemente de su estatus migratorio y teniendo en cuenta las necesidades espec赤ficas de los que se encuentran en situaci車n de vulnerabilidad. La Organizaci車n apoya a los Estados en este empe?o, pero se necesita un liderazgo mayor y m芍s constante en cada una de las regiones.?

Los derechos humanos son un elemento central de mi llamamiento en favor de la prevenci車n y del sostenimiento de la paz???

Las medidas en favor de los derechos humanos son el n迆cleo de toda iniciativa encaminada a prevenir los conflictos y sostener la paz. Esas medidas constituyen inversiones que reportan beneficios tanto inmediatos como a largo plazo al fomentar la resiliencia, reparar los agravios, reducir las desigualdades y promover el desarrollo sostenible.

Por esa raz車n, durante el 迆ltimo a?o desplegamos con rapidez ※equipos ligeros§ multidisciplinarios ante situaciones preocupantes en Burkina Faso, Lesotho y el Congo. Durante el per赤odo de que se informa, el Consejo de Derechos Humanos estableci車 tres comisiones de investigaci車n y misiones de constataci車n de los hechos sobre Sud芍n del Sur, la Rep迆blica ?rabe Siria y Burundi, as赤 como un grupo de expertos independientes sobre la rendici車n de cuentas en la Rep迆blica Popular Democr芍tica de Corea. La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos tambi谷n estableci車 otras nueve investigaciones, entre ellas sobre el Yemen y Myanmar.

Esas misiones est芍n encargadas de realizar investigaciones sobre el terreno y evaluaciones imparciales y basadas en los hechos, dar voz a las v赤ctimas y llamar la atenci車n sobre situaciones sumamente preocupantes a nivel mundial. Sobre la base de sus constataciones y recomendaciones espec赤ficas, se exigir芍n cuentas a los Estados, los agentes no estatales y los particulares. Los oficiales destacados sobre el terreno tambi谷n investigan las denuncias y les dan seguimiento con el fin de alentar a los Estados a cumplir sus obligaciones en materia de derechos humanos y prevenir as赤 la comisi車n de violaciones en el futuro. La colaboraci車n con los medios de informaci車n tambi谷n es esencial. Recientemente, durante el asedio y bombardeo de la zona oriental de Alepo, en la Rep迆blica ?rabe Siria, y durante las hostilidades en Burundi, la emisi車n de declaraciones p迆blicas firmes y bien informadas ayud車 a generar una cobertura medi芍tica que contribuy車 a mitigar algunos abusos y violaciones graves.

Las reacciones negativas a la promoci車n de los derechos de las mujeres han provocado la eliminaci車n de leyes relativas a la violencia por raz車n de g谷nero y los derechos sexuales y reproductivos. Debemos avanzar r芍pida y deliberadamente hacia una mayor igualdad, sobre todo en lo que respecta a la violencia contra las mujeres, los abusos sexuales en situaciones de conflicto, la trata y la explotaci車n conexa y la discriminaci車n generalizada que priva a millones de mujeres de educaci車n, recursos econ車micos y derechos reproductivos. Deben tomarse medidas m芍s en谷rgicas contra el reclutamiento y la utilizaci車n de ni?as en los conflictos armados, incluso como esclavas sexuales y terroristas suicidas. Durante el per赤odo de que se informa, seguimos prestando asistencia a pa赤ses interesados en mejorar las leyes relativas a los derechos humanos de las mujeres y las ni?as y acordamos marcos de acci車n para prevenir la violencia sexual relacionada con los conflictos y responder ante ella y asegurar la rendici車n de cuentas por esos actos.

Me preocupan las medidas represivas que limitan las libertades p迆blicas fundamentales, a saber, la libertad de expresi車n, de opini車n y de reuni車n pac赤fica. La participaci車n plena de la sociedad civil es indispensable para avanzar en el cumplimiento de todos los objetivos de las Naciones Unidas. Es evidente que cuando los Gobiernos y sus agentes toman medidas dr芍sticas contra los activistas, abogados, defensores de los derechos humanos, periodistas y opositores pol赤ticos 〞o eliminan las garant赤as de independencia del poder judicial〞 su actuaci車n no pone fin a la violencia sino que desacredita a sus propios Estados y menoscaba la confianza de su poblaci車n. La denegaci車n de la libertad de expresi車n menoscaba las oportunidades de cooperaci車n internacional de los Estados y su capacidad de respuesta ante las verdaderas amenazas a la seguridad y los problemas de desarrollo.

Alarmado por los actos de intimidaci車n y represalia cometidos contra personas que colaboran con las Naciones Unidas en cuestiones de derechos humanos, he adoptado medidas para reforzar la respuesta de la Organizaci車n a esos incidentes. La participaci車n de la sociedad civil es esencial para la labor de las Naciones Unidas y la de todos nuestros asociados. Durante el pasado a?o observ谷 con preocupaci車n cada vez mayor los ataques perpetrados contra defensores de los derechos humanos, incluidas varias personas dedicadas a defender a poblaciones perseguidas, pueblos ind赤genas y minor赤as, as赤 como los derechos de las mujeres, los derechos sobre la tierra y el medio ambiente. En todo el planeta ha ido en aumento la persecuci車n de defensores pac赤ficos de los derechos humanos y de quienes act迆an en solidaridad con ellos.

El proceso del examen peri車dico universal que realiza el Consejo de Derechos Humanos entra en un nuevo ciclo, y cada Estado Miembro de las Naciones Unidas pasar芍 por una tercera ronda de escrutinio. Trabajaremos para aumentar la pertinencia, precisi車n y repercusi車n de las recomendaciones del Consejo, en particular mediante un mayor apoyo a los Estados Miembros con miras a su cumplimiento, una colaboraci車n m芍s estrecha con los equipos de las Naciones Unidas en cada pa赤s y la creaci車n de mecanismos nacionales para la presentaci車n de informes sobre derechos humanos y el seguimiento de las recomendaciones a fin de vincular el examen peri車dico universal con la implementaci車n de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Mi Representante Especial para la Cuesti車n de los Ni?os y los Conflictos Armados presenta informes anuales al Consejo de Derechos Humanos y a la Asamblea General sobre los delitos graves cometidos contra los ni?os y saca a la luz las situaciones desesperadas en que se encuentran esos ni?os.

En definitiva, la Agenda 2030 ofrece una hoja de ruta hacia un mundo en que se respeten m芍s los derechos. En las directrices revisadas del Marco de Desarrollo de las Naciones Unidas se ha hecho especial hincapi谷 en los derechos humanos, la igualdad y el empoderamiento de las mujeres; al mismo tiempo, todo el sistema de las Naciones Unidas se ha comprometido a integrar la necesidad imperiosa de eliminar la discriminaci車n y reducir las desigualdades, sin dejar a nadie atr芍s.?