20 enero 2025

Durante d¨¦cadas, la energ¨ªa solar se descart¨® como una soluci¨®n idealista pero poco pr¨¢ctica al cambio clim¨¢tico, una tecnolog¨ªa de nicho destinada a permanecer en los m¨¢rgenes. Esos d¨ªas ya pasaron.

La energ¨ªa solar ya no es el futuro: es el presente y una de las soluciones m¨¢s viables para brindar energ¨ªa asequible y sostenible a miles de millones de personas que a¨²n carecen de acceso fiable, particularmente en el mundo en desarrollo.

En las zonas rurales de Am¨¦rica Latina, un solo panel solar puede significar la diferencia entre que un ni?o estudie con luz el¨¦ctrica o a la luz de las velas, o que una familia que tiene vacas pueda mantener refrigerada la leche, protegiendo as¨ª su fuente de ingresos y mejorando la seguridad alimentaria. Esta transformaci¨®n pone de relieve el potencial de la energ¨ªa solar para sacar a las comunidades de la pobreza energ¨¦tica e impulsar el crecimiento econ¨®mico, reduciendo al mismo tiempo las emisiones de carbono.

Los paneles solares fotovoltaicos (PV) cubren hoy los tejados de San Diego, California; el desierto de Atacama en Chile; y los extensos campos de China. Los costos se desplomaron en un , y las instalaciones solares superan a todas las dem¨¢s fuentes de energ¨ªa renovable a nivel mundial. Sin embargo, a pesar de su r¨¢pido aumento, el mundo todav¨ªa est¨¢ luchando por aprovechar todo el potencial de la energ¨ªa solar. Los obst¨¢culos no son tecnol¨®gicos. En cambio, surgen de la pol¨ªtica, la infraestructura y una econom¨ªa a¨²n conectada a los combustibles f¨®siles. La energ¨ªa solar ha demostrado su valor, pero para ampliarla y satisfacer las necesidades energ¨¦ticas de miles de millones de personas, especialmente de las que viven fuera de la red y en regiones desatendidas, es necesario superar los cuellos de botella en las cadenas de suministro, la capacidad de la red y la financiaci¨®n. Los sistemas solares fotovoltaicos, en particular las microrredes descentralizadas y los sistemas dom¨¦sticos aut¨®nomos, presentan una de las formas m¨¢s r¨¢pidas y efectivas de llevar electricidad a ¨¢reas remotas, empoderando a las comunidades e impulsando el desarrollo.

Pol¨ªticas e infraestructura para la expansi¨®n

Para acelerar la adopci¨®n de la generaci¨®n de energ¨ªa solar se requieren pol¨ªticas inteligentes que combinen incentivos financieros, como cr¨¦ditos fiscales, subsidios y pr¨¦stamos de bajo inter¨¦s, con marcos claros de medici¨®n neta para recompensar las contribuciones excedentes de energ¨ªa. La modernizaci¨®n de las redes para apoyar la generaci¨®n y el almacenamiento descentralizados es igualmente crucial. Los programas de fuerza laboral deben enfatizar la inclusi¨®n, empoderando a las mujeres y a los grupos subrepresentados, mientras que la fabricaci¨®n local puede fortalecer las cadenas de suministro y crear empleos. Para Am¨¦rica Latina, las condiciones econ¨®micas son persuasivos. El di¨¦sel y los combustibles f¨®siles en zonas remotas son costosos e insostenibles, mientras que la energ¨ªa solar fotovoltaica ofrece retornos m¨¢s r¨¢pidos, costos m¨¢s bajos y seguridad energ¨¦tica a largo plazo.

Los bancos multilaterales, como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), desempe?an un papel fundamental en la ampliaci¨®n de la adopci¨®n de la energ¨ªa solar. El BID ha financiado proyectos de microrredes solares en comunidades remotas de Bolivia, Guatemala, Honduras, Panam¨¢ y otros lugares de la regi¨®n, proporcionando electricidad fiable a aldeas que antes depend¨ªan de costosos generadores di¨¦sel. Estos proyectos han mejorado la educaci¨®n, la atenci¨®n sanitaria y las oportunidades econ¨®micas, lo que demuestra el poder transformador de las alianzas internacionales. Adem¨¢s, el BID apoya la modernizaci¨®n de la red, las reformas regulatorias y los programas de formaci¨®n de la fuerza laboral para acelerar el acceso equitativo a la energ¨ªa.

Crecimiento r¨¦cord de la energ¨ªa solar

En una remota aldea latinoamericana, el zumbido de los paneles solares reci¨¦n instalados anuncia la llegada de electricidad fiable por primera vez. Esta escena se est¨¢ volviendo cada vez m¨¢s com¨²n a medida que la generaci¨®n de energ¨ªa solar fotovoltaica transforma el panorama energ¨¦tico mundial. En 2023, la energ¨ªa solar fotovoltaica lider¨® el sector de la energ¨ªa renovable, representando de la nueva capacidad renovable en todo el mundo. , la energ¨ªa solar fotovoltaica y la e¨®lica impulsar¨¢n el 96 por ciento del crecimiento de las energ¨ªas renovables en los pr¨®ximos cinco a?os. En 2022, la generaci¨®n solar fotovoltaica aument¨® en 270 TWh (teravatios-hora), un aumento del 26 por ciento, lo que la convierte en la fuente de energ¨ªa renovable de m¨¢s r¨¢pido crecimiento, superando a la e¨®lica.

Sin embargo, para mantener este impulso es necesario triplicar las adiciones anuales de capacidad para 2030. Para lograrlo ser¨¢ necesario contar con redes m¨¢s inteligentes, reformas financieras y pol¨ªticas para ampliar la implementaci¨®n y al mismo tiempo competir con los arraigados sistemas de combustibles f¨®siles.

El boom solar y los cuellos de botella en Am¨¦rica Latina

Am¨¦rica Latina y el Caribe ofrecen condiciones privilegiadas para la generaci¨®n de energ¨ªa solar, desde los cielos despejados del desierto de Atacama en Chile hasta el sol abundante en el Caribe. En Surinam, por ejemplo, dos transformaron comunidades al proporcionar electricidad las 24 horas al d¨ªa a trav¨¦s de microrredes solares. Las mujeres desempe?aron un papel fundamental en estas iniciativas, movilizando recursos, asegurando financiaci¨®n y empoderando a los residentes para que actualizaran sus hogares para tener electricidad. El acceso a energ¨ªa confiable permiti¨® que las peque?as empresas, desde panader¨ªas hasta tiendas textiles, prosperaran, lo que demuestra el potencial de la energ¨ªa solar para catalizar el desarrollo econ¨®mico y la inclusi¨®n de g¨¦nero. Sin embargo, seg¨²n , alrededor de 16 millones de personas en la regi¨®n a¨²n carecen de acceso a la electricidad, predominantemente en ¨¢reas rurales y remotas. A nivel mundial, el 9 por ciento de la poblaci¨®n sigue sin electricidad, y continentes como ?frica enfrentan d¨¦ficits energ¨¦ticos urgentes. Si bien estos desaf¨ªos son generalizados, este art¨ªculo se centra en Am¨¦rica Latina y el Caribe, donde los esfuerzos espec¨ªficos pueden tener un impacto significativo. Ampliar el acceso exige inversiones cuidadosamente seleccionadas y pol¨ªticas inclusivas para construir infraestructura, mejorar la asequibilidad y garantizar que las comunidades vulnerables se beneficien de la transici¨®n energ¨¦tica.

Los sistemas de energ¨ªa solar distribuida, incluidos los kits dom¨¦sticos y las microrredes, ya est¨¢n transformando comunidades que no cuentan con la red el¨¦ctrica. Sin embargo, el financiamiento para sistemas m¨¢s peque?os est¨¢ rezagado respecto de los proyectos a gran escala, a pesar de su implementaci¨®n m¨¢s r¨¢pida y su capacidad de recuperaci¨®n ante desastres clim¨¢ticos. Instituciones como el BID han intervenido, ofreciendo pr¨¦stamos, conocimientos t¨¦cnicos y reformas de pol¨ªticas.

El problema de la red

El mayor desaf¨ªo de la energ¨ªa solar no es generar energ¨ªa, sino distribuirla. La mayor¨ªa de las redes se dise?aron para plantas de combustibles f¨®siles centralizadas, no para energ¨ªas renovables descentralizadas. La variabilidad de la energ¨ªa solar requiere sistemas flexibles que las redes antiguas a menudo no pueden soportar.

En Am¨¦rica Latina, la implementaci¨®n de energ¨ªa solar supera a la modernizaci¨®n de la red el¨¦ctrica, incluida la expansi¨®n de l¨ªneas de transmisi¨®n, la integraci¨®n de tecnolog¨ªas de redes inteligentes y el desarrollo de soluciones de almacenamiento de energ¨ªa para mejorar la confiabilidad y la flexibilidad. Los cuellos de botella en la transmisi¨®n limitan la cantidad de energ¨ªa solar que puede llegar a los centros urbanos, mientras que las ¨¢reas rurales a menudo carecen por completo de infraestructura. Las bater¨ªas ayudan a cubrir las brechas, pero el almacenamiento de iones de litio sigue siendo costoso y geopol¨ªticamente complicado.

Vista a¨¦rea de una instalaci¨®n de paneles solares financiada por el BID en Brus Laguna, Honduras. Foto de William Reyes/ Opida

China domina actualmente la fabricaci¨®n de paneles solares y bater¨ªas. Am¨¦rica Latina est¨¢ explorando formas de impulsar la fabricaci¨®n nacional y diversificar las cadenas de suministro para mejorar la resiliencia. El desaf¨ªo no radica en la escasez de materiales o de mano de obra, sino en pol¨ªticas que atraigan la inversi¨®n privada, modernicen la infraestructura y equilibren la sostenibilidad con la asequibilidad.

M¨¢s all¨¢ de los paneles fotovoltaicos: trabajo, innovaci¨®n e inclusi¨®n

Lejos de eliminar puestos de trabajo, la energ¨ªa solar se ha convertido en un motor de empleo. En 2022, seg¨²n la , la industria fotovoltaica emple¨® a 4,9 millones de personas, m¨¢s que cualquier otra tecnolog¨ªa renovable. Las mujeres ocupaban el 40 por ciento de estos puestos, que abarcaban funciones que abarcaban desde ingenier¨ªa y gesti¨®n de proyectos hasta ventas, instalaci¨®n y mantenimiento, lo que pone de relieve el potencial de la energ¨ªa solar para el crecimiento inclusivo.

Un ejemplo de esto es Surinam, donde hace unos a?os los proyectos de energ¨ªa solar financiados por el BID empoderaron a las mujeres para que lideraran las iniciativas de electrificaci¨®n. En la aldea de Cassipora, los l¨ªderes locales movilizaron recursos y orientaron a la comunidad para que mejorara las viviendas y contara con electricidad generada por energ¨ªa solar las 24 horas al d¨ªa. La transformaci¨®n estimul¨® la actividad econ¨®mica y permiti¨® a las mujeres poner en marcha peque?os negocios, como panader¨ªas y tiendas de tejidos. Historias similares surgieron en Pokigron, donde los l¨ªderes locales se asociaron con empresas madereras y organizaciones de mujeres para garantizar que todos los hogares tuvieran acceso a la electricidad.

A medida que los sistemas solares descentralizados se expanden, en particular en ¨¢reas remotas, prometen no solo energ¨ªa limpia sino tambi¨¦n oportunidades econ¨®micas. Para mantener este impulso se necesitar¨¢n pol¨ªticas s¨®lidas, desarrollo de la fuerza laboral y estrategias inclusivas para garantizar una transici¨®n energ¨¦tica justa.

Completando la revoluci¨®n solar

La energ¨ªa solar ya ha transformado el panorama energ¨¦tico mundial. Es asequible, escalable y de eficacia probada. Lo que se necesita ahora es una implementaci¨®n a gran escala: redes modernas, almacenamiento m¨¢s inteligente y, sobre todo, buenas pol¨ªticas que prioricen la equidad y la resiliencia.

Para Am¨¦rica Latina y el Caribe, hay mucho en el juego. La energ¨ªa solar ofrece un camino hacia la seguridad energ¨¦tica, el crecimiento econ¨®mico y la resiliencia clim¨¢tica. Para hacer de esta visi¨®n una realidad se requiere coordinaci¨®n en todos los niveles, desde los gobiernos locales hasta las organizaciones multilaterales e internacionales.

El sol est¨¢ brillando

El desaf¨ªo no es encontrar la energ¨ªa, sino encontrar la voluntad de actuar con audacia y urgencia. Los gobiernos, las organizaciones internacionales y los inversores deben acelerar los esfuerzos para modernizar las redes, ampliar la financiaci¨®n e implementar pol¨ªticas inclusivas que garanticen que ninguna comunidad quede a oscuras. El tiempo de los proyectos piloto y las medidas graduales ha terminado; ahora es el momento de emprender acciones a gran escala para ofrecer acceso a la energ¨ªa sostenible para todos. El futuro de la energ¨ªa limpia depende no solo de la tecnolog¨ªa, sino de nuestra determinaci¨®n colectiva de llevar luz a quienes m¨¢s la necesitan.

 

Este art¨ªculo se ha publicado con la ayuda de traducci¨®n autom¨¢tica; se han hecho esfuerzos razonables para garantizar su precisi¨®n. Las Naciones Unidas no se responsabilizan de las traducciones incorrectas o inexactas ni de otros problemas que puedan derivarse de la traducci¨®n autom¨¢tica. Si surgen preguntas relacionadas con la exactitud de la informaci¨®n contenida en esta traducci¨®n, consulte la versi¨®n original del art¨ªculo en ingl¨¦s.

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