26 agosto 2022

La propagación de las armas nucleares y la amenaza de su uso están generando una ansiedad bien fundada en todas partes del mundo. Ante las circunstancias actuales, puede resultar difícil discernir los tan duramente logrados mecanismos y herramientas instaurados para abordar las preocupaciones respecto a la verdadera amenaza global que plantean estas terribles armas.

En 2009, la Asamblea General de las Naciones Unidas llamó la atención sobre las inversiones que se habían hecho en paz y seguridad globales con la adopción unánime de la?, mediante la cual se declaró el 29 de agosto como el?Día Internacional contra los Ensayos Nucleares. La resolución reconocía que "debe hacerse todo lo posible para poner fin a los ensayos nucleares con el fin de evitar efectos devastadores y perjudiciales para la vida y la salud de las personas y para el medio ambiente" y que "la cesación de los ensayos nucleares es uno de los medios fundamentales para lograr el objetivo de un mundo libre de armas nucleares".

Más de 60?a?os después del uso devastador de armas nucleares sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, la Asamblea General reconocía la necesidad de una mayor concienciación y educación sobre los peligros de los ensayos nucleares y la necesidad de ponerles fin.?

Entre 1945 y 1996, se llevaron a cabo más de 2.000?ensayos nucleares en docenas de lugares de todo el mundo. Durante este periodo de tiempo, la potencia explosiva media de los ensayos nucleares cada a?o fue equivalente a casi 1.000?bombas del tama?o de la de Hiroshima. Estos ensayos ayudaron a crear armas de órdenes de magnitud más potentes que las empleadas durante la Segunda Guerra Mundial y con consecuencias duraderas para la salud y el medio ambiente.?

En 1996, al reconocer que nadie podía ganar una carrera armamentística nuclear, los Estados adoptaron el??(TPCE) para prohibir los ensayos nucleares a todo el mundo, en cualquier lugar y para siempre. En los 25?a?os que han transcurrido desde que el Tratado se abriera para su firma, 186?Estados lo han firmado y 174?lo han ratificado; se han llevado a cabo menos de una docena de ensayos nucleares, y solamente un país están realizando este tipo de pruebas en este milenio. Esto destaca la significativa y mensurable contribución del TPCE a la prevención de la propagación y el uso de las armas nucleares.

Robert Floyd, Secretario Ejecutivo de la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (OTPCE), dando un discurso durante el 58? período de sesiones de la Comisión Preparatoria de la OTPCE, en Viena, el 27 de junio de 2022. Com

Debido al éxito del Tratado, a menudo se da por sentado que vivimos en una era en la que los ensayos nucleares están claramente reconocidos como una amenaza a la paz y la seguridad internacionales. Resulta comprensible porque, durante más de dos décadas, cada ensayo nuclear se ha topado con una condena casi universal, y los sitios para ensayos nucleares se han ido cerrando o convirtiendo para otros usos relacionados con la seguridad nacional.

La adopción de una prohibición total de los ensayos nucleares nunca fue obvia. Más de 40?a?os pasaron entre el primer llamamiento en 1954 a un acuerdo sobre los ensayos nucleares que estaba en punto muerto y la adopción del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares en 1996. El establecimiento de una prohibición global, universal, verificable y no discriminatoria de los ensayos nucleares representó un logro trascendental para la humanidad, y una victoria para la ciencia y la diplomacia en apoyo de la paz y la seguridad. Todos podemos inspirarnos en la historia del Tratado y el trabajo que costó hacerlo realidad; desde la amplia investigación científica que se llevó a cabo hasta las largas horas de negociaciones para adoptarlo.

Este Tratado ya ha conseguido muchas cosas. Las firmas y ratificaciones de los países mediante las que se vinculan a aplicar una prohibición global de las pruebas nucleares son una contribución esencial a nuestros esfuerzos colectivos por reforzar la potente normativa internacional contra los ensayos nucleares y por lograr un mundo libre de estas pruebas.

La prohibición del TPCE de los ensayos nucleares está respaldada por un régimen de verificación mundial demostrada. La pieza clave de este régimen, el??(SIV), que cuenta con más de 300?infraestructuras de vigilancia en todo el mundo, está casi completa. El SIV, una combinación de inventiva, ingeniería y cooperación internacional, ha demostrado su capacidad de satisfacer los requisitos de verificación del Tratado en múltiples ocasiones, como en la detección de los seis ensayos nucleares llevados a cabo a lo largo de este siglo. La cooperación global que se requirió para el dise?o, la implementación y el funcionamiento del régimen de verificación ofrece una idea de cómo desarrollar unas medidas de verificación multilateral eficaces.

Especialistas recogiendo muestras de suelo para determinar si se produjo una explosión nuclear durante el ejercicio de campo integrado de la inspección in situ de la OTPCE de 2008 en Kazajstán. Comisión Preparatoria de la OTPCE

El régimen de verificación también aporta valor más allá de su misión principal de supervisión de los ensayos nucleares. La gama de aplicaciones de los datos recopilados por la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (OTPCE) es amplia y ofrece innumerables ventajas para la comunidad global: desde la aportación de datos en tiempo real a sistemas de advertencia temprana de tsunamis, hasta la detección de terremotos y la investigación sobre el cambio climático.

El uso de los datos de la OTPCE para aplicaciones civiles y científicas también favorece nuestra misión de supervisión de ensayos nucleares. Cuando los científicos y los investigadores utilizan los datos para estudiar los patrones de migración de las ballenas o los asteroides que entran en la atmósfera terrestre, su mejor comprensión de estos procesos ayuda a los analistas de la OTPCE a distinguir entre acontecimientos que se producen de manera natural y explosiones nucleares.

Aunque el Tratado ya ha ayudado a promover la agenda de no proliferación y desarme nuclear, debemos mantenernos vigilantes. La proliferación de las armas nucleares y la amenaza de su uso siguen planteando riesgos inaceptables para la humanidad. Hay en torno a 13.000?armas nucleares en el mundo a día de hoy, y, tal como apuntó el Secretario General de las Naciones Unidas António Guterres en su discurso ante la?Décima Conferencia de las Partes encargada del Examen del Tratado sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares (Nueva York, del 1 al 26 de agosto de 2022), la humanidad está "solo a un malentendido, a un error de cálculo de la aniquilación nuclear". ?

Unas medidas eficaces de control de las armas y de desarme son las mejores herramientas que tenemos para hacer frente a este riesgo, y el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares y su régimen de verificación son fundamentales para la arquitectura de la no proliferación y el desarme. A medida que seguimos construyendo sobre el éxito del Tratado, tengo la esperanza de que cada 29 de agosto que pasamos estemos más cerca de lograr el final real de los ensayos nucleares. Nos lo debemos a nosotros mismos y, especialmente, a las generaciones futuras. ?

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