Unamos fuerzas en todas partes para detectar, denunciar y erradicar todas las formas contemporáneas de esclavitud.
António Guterres, Secretario General de la ONU
En este Día Internacional para la Abolición de la Esclavitud hemos de alertar sobre los cerca de 50 millones de personas en el mundo que viven sometidas a condiciones terribles, como la trata, los trabajos forzosos, la explotación sexual y el matrimonio forzado.
En todo el mundo hay predadores acechando a personas que la pobreza, la discriminación o los conflictos han hecho vulnerables —mujeres y ni?os incluidos— para sacar partido del inconmensurable sufrimiento humano.
Estos crímenes abyectos no caben en el siglo XXI. No solo atentan contra los derechos humanos básicos, sino que además frenan el desarrollo, afianzan las desigualdades y socavan el desarrollo económico sostenible.
El Pacto para el Futuro, que se aprobó hace poco, exige erradicar el trabajo forzoso, poner fin a las formas contemporáneas de esclavitud y la trata de personas y eliminar todas las formas de trabajo infantil.
Para pasar de las palabras a las obras, los Gobiernos deben reforzar la aplicación de la ley, defender la dignidad humana, proteger, liberar y apoyar a las víctimas y llevar a los predadores ante la justicia. Por su parte, las empresas deben asegurarse de que en las cadenas de suministro no haya explotación y promover prácticas laborales justas y transparentes.
Unamos fuerzas en todas partes para detectar, denunciar y erradicar todas las formas contemporáneas de esclavitud.
Unamos fuerzas en todas partes para detectar, denunciar y erradicar todas las formas contemporáneas de esclavitud.
António Guterres, Secretario General de la ONU