Mensaje del Secretario General
10 de diciembre de 2012
Toda persona tiene derecho a ser escuchada y a influir en las decisiones que afectan a su comunidad. Este derecho, consagrado en la Declaraci贸n Universal de Derechos Humanos, est谩 integrado plenamente en el derecho internacional, en particular en el art铆culo 25 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Pol铆ticos.
A lo largo del siglo pasado, hemos logrado innegables progresos en el camino hacia la inclusi贸n.
As铆 y todo, demasiados grupos y personas se ven confrontados a much铆simos obst谩culos. Las mujeres tienen derecho a votar en casi todo el mundo, pero siguen estando escas铆simamente representadas en los parlamentos y en los procesos de paz, en los altos cargos p煤blicos, en las juntas directivas de las empresas y en otros puestos de adopci贸n de decisiones. Los pueblos ind铆genas suelen ser objeto de una discriminaci贸n que no les permite hacer pleno uso de sus derechos garantizados o que no tiene en cuenta sus circunstancias. Con frecuencia las minor铆as religiosas y 茅tnicas, al igual que las personas con discapacidad o de diferente orientaci贸n sexual u opini贸n pol铆tica, tienen dificultades para participar en instituciones y procesos clave. Las instituciones y el discurso p煤blico deben representar a la sociedad en toda su diversidad.
En t茅rminos m谩s generales, en varias partes del mundo hemos notado que los avances logrados con mucho esfuerzo en la gobernanza democr谩tica est谩n en grave peligro. En algunos pa铆ses, hay grupos de la sociedad civil que deben hacer frente a presiones y restricciones cada vez mayores. Se han aprobado nuevas leyes dirigidas espec铆ficamente a organizaciones de la sociedad civil que vuelven su labor casi imposible. Los defensores de la democracia se han visto confrontados a nuevas medidas que les son hostiles. Estos retrocesos deber铆an preocuparnos a todos.
A煤n en las sociedades con un buen historial en este 谩mbito quedan mejoras por lograr. Ning煤n pa铆s ha conseguido garantizar que todos sus habitantes puedan participar plenamente en los asuntos p煤blicos, lo que supone el derecho a ser elegidos a cargos p煤blicos y a tener acceso en condiciones de igualdad a los servicios p煤blicos. No siempre basta con promulgar nuevos derechos o eliminar leyes injustas. Con demasiada frecuencia, la discriminaci贸n persiste en la pr谩ctica, creando obst谩culos y modos de pensar que pueden ser dif铆ciles de superar.
Los grupos pujantes de la sociedad civil son algunos de los elementos esenciales para el bienestar y el funcionamiento de cualquier naci贸n, y las Naciones Unidas deploran las medidas adoptadas para acabar con ellos. Esto explica por qu茅, en este D铆a de los Derechos Humanos, las Naciones Unidas hacen hincapi茅 en el derecho a participar y en los derechos conexos que permiten esa participaci贸n, a saber, la libertad de expresi贸n, la libertad de opini贸n, la libertad de reuni贸n pac铆fica y la libertad de asociaci贸n.
El derecho internacional es claro: Seas quien seas, vivas donde vivas, tu opini贸n cuenta. En este D铆a, un谩monos para defender el derecho de todos a ser escuchados.