Las Naciones Unidas se fundaron hace 75 a?os con el fin de promover la paz y la seguridad mundiales, mejorar el acceso al desarrollo e impulsar el respeto de los derechos humanos.
A medida que la gente dejaba atrás dos guerras mundiales, a medida que salían a la luz todos los horrores del Holocausto, a medida que la sombra de la Guerra Fría comenzaba a descender y a medida que los que vivían bajo el yugo del colonialismo (por aquel entonces, casi un tercio de la población mundial) luchaban por su libertad, el respeto por los derechos humanos se convirtió en un grito de guerra en todo el mundo. La?Declaración Universal de Derechos Humanos, adoptada el 10 de diciembre de 1948, sirvió de inspiración a la gente de todo el planeta y sentó las bases para la gobernanza y las reformas institucionales, para una legislación progresista y centrada en las personas y una educación que resuene de generación en generación.
Pero, desde hace algunos a?os, en algunas partes del mundo, el respeto de los derechos humanos se ha visto reducido. El Secretario General de las Naciones Unidas y la Alta Comisionada para los Derechos Humanos han advertido de una reacción violenta, tanto en el plano nacional como en los debates celebrados en las Naciones Unidas, especialmente en lo que respecta a la lucha contra el terrorismo, en relación con los derechos de la mujer, así como en el espacio para la participación y el activismo de la sociedad civil.
Los expertos independientes en materia de derechos de las Naciones Unidas han dado la voz de alarma sobre el pronunciado aumento de los ataques, también de los asesinatos, a los defensores de los derechos humanos, desde protectores del medio ambiente hasta periodistas. La pandemia de COVID-19 ha dejado al descubierto una pobreza más profunda, un aumento de las desigualdades, una discriminación estructural y arraigada, y otras carencias que no dejan de crecer en lo relativo a la protección de los derechos sociales y económicos.?
?Se ha desvanecido la popularidad de los derechos humanos?
En 2020, para conmemorar su septuagésimo quinto aniversario, las Naciones Unidas se disponen a escuchar a la gente para la que trabajan. De este modo, han lanzado una consulta mundial para comprender los miedos y esperanzas de la gente de cara al futuro, así como para tratar de entender mejor las expectativas acerca de la cooperación internacional y de las Naciones Unidas en particular.
En nuestras consultas participaron de manera directa aproximadamente un millón y medio de personas, por medio de encuestas y diálogos en todos los Estados miembros y observadores de las Naciones Unidas. Mucha más gente hizo lo mismo a través de nuestros asociados sobre el terreno, desde los grandes movimientos juveniles hasta los empresarios y los grupos indígenas.
También solicitamos a Edelman Intelligence y al Pew Research Center que llevasen a cabo un sondeo representativo e independiente entre 50.000 personas repartidas en 50 países que sirva para verificar la realidad y garantice que no solo escuchamos a aquellos que simpatizan con nosotros.
En medio de una pandemia, con unas cifras de pobreza en aumento, conflictos sin resolver y un cambio climático desenfrenado, no estábamos seguros de que el fomento del respeto de los derechos humanos fuese a mencionarse, mucho menos como una prioridad para el público mundial.
Pero así fue. De entre todos los asuntos que se citan como prioridades para la recuperación de la pandemia, en el centro de todos ellos se encuentran los derechos humanos: desde la obtención de un mejor acceso a los servicios básicos hasta la mejora en el modo en que hacemos frente a las desigualdades. Mientras tanto, las propuestas de soluciones más comunes son aquellas que se centran en aumentar la participación de la gente en la adopción de decisiones que afectan a sus vidas, así como en aumentar la inclusión de grupos marginados y vulnerables. En el largo plazo, después de la lucha contra el cambio climático y la destrucción del medio ambiente, todas las prioridades principales de los encuestados reflejan la aspiración de alcanzar un respecto más universal de los derechos humanos.?
Tras la Segunda Guerra Mundial, el llamamiento al respeto universal de los derechos humanos y la dignidad humana unió a toda la humanidad. Y, hoy en día, sucede lo mismo. En un momento de gran angustia y en el que existen unos desafíos mundiales sin precedentes, la gente recurre a los derechos humanos porque constituyen un factor impulsor de la esperanza y una medida justa para llevar a cabo una acción decisiva que nos permita hacer realidad el futuro que queremos. Debemos hacer caso de dicho llamamiento.
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La Crónica?ONU??no?constituye un registro oficial. Tiene el privilegio de acoger a los altos funcionarios de las Naciones Unidas, así como a distinguidos colaboradores de fuera del sistema de las Naciones Unidas cuyas opiniones no son necesariamente las de las Naciones Unidas. Del mismo modo, las fronteras y los nombres que se muestran y las designaciones utilizadas en los mapas o en los artículos no implican necesariamente un apoyo o una aceptación por parte de las Naciones Unidas.?