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Discurso pronunciado con motivo de su elecci車n a la Presidencia

Tengo el gran placer de expresar mi agradecimiento por la confianza que la Asamblea General ha depositado en mi pa赤s y en mi persona al elegirme por aclamaci車n Presidente de la Asamblea General en su sexag谷simo cuarto per赤odo de sesiones. Estoy especialmente agradecido al Grupo de Estados de ?frica, que apoy車 mi candidatura y me alent車. Es todo un honor representar al Grupo al asumir este importante cargo.

Esta elecci車n es un tributo a mi pa赤s, su pueblo y su m芍ximo dirigente. Tambi谷n es una expresi車n de agradecimiento por el compromiso de Libia con los prop車sitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas y su contribuci車n efectiva al logro de la paz y la seguridad internacionales, sobre todo en mi continente, ?frica. No obstante, al mismo tiempo, nos impone el compromiso moral de seguir promoviendo el cumplimiento de los prop車sitos de las Naciones Unidas. Por mi parte, har谷 todo lo posible para cumplir esos objetivos, mediante la celebraci車n de consultas y la cooperaci車n con todos los Estados Miembros.

Realmente me alegra encontrarme una vez m芍s con un gran n迆mero de amigos. Trabaj谷 con ellos, durante muchos a?os, en este mismo Sal車n y, por supuesto, me sentir谷 honrado de volver a hacerlo durante todo un a?o.

Quisiera dar las gracias a mi querido amigo, el Presidente Miguel d'Escoto Brockmann, por la franqueza y la sinceridad con que me ha hecho part赤cipe de su experiencia. Indudablemente, contar con su cooperaci車n y sus consejos ser芍 sumamente importante para m赤 cuando dirija los trabajos del sexag谷simo cuarto per赤odo de sesiones. Aprovecho esta oportunidad para encomiar los esfuerzos que ha hecho para que esta Asamblea General respondiera eficazmente a gran n迆mero de cuestiones acuciantes.

Tambi谷n quisiera expresar mi dicha por la bienvenida y el aliento que me ha dado mi querido amigo, el Secretario General, Sr. Ban Ki-moon, a quien tuve el placer de conocer y cuyo admirable car芍cter he apreciado durante muchos a?os. Admiro el modo en que dirige las Naciones Unidas, su perseverancia y su r芍pida respuesta a las exigencias de las cuestiones urgentes. Puede estar seguro de que cooperar谷 con 谷l y me beneficiar谷 de su experiencia cuando busque el mejor modo de tratar las cuestiones prioritarias a que se enfrentan las Naciones Unidas.

El mundo ha atravesado muchas fases crueles y amargas, como el colonialismo y la esclavitud, que implican las formas m芍s crueles de opresi車n. Los pueblos de ?frica, Asia y Am谷rica Latina fueron sus v赤ctimas. Se libr車 una guerra tras otra, entre las que se destacan la primera y la segunda guerras mundiales. Los pueblos de los pa赤ses grandes y los pa赤ses peque?os pagaron por igual un precio muy alto por esas guerras, tanto en cuanto a la destrucci車n como a las p谷rdidas materiales y la muerte de centenares de miles de personas.

Tras la segunda guerra mundial, los pueblos afectados vieron un atisbo de esperanza en la creaci車n de las Naciones Unidas como medio para acabar con su sufrimiento e iniciar una nueva era de seguridad, paz, justicia, igualdad y desarrollo. Se inici車 una era de descolonizaci車n e independencia para las naciones peque?as, y las Naciones Unidas desempe?aron un papel importante para lograrlo. Se aprob車 la Declaraci車n Universal de Derechos Humanos, que supuso el inicio de una nueva era centrada en el respeto de las personas, su dignidad y su derecho a la vida. Pese a sus defectos y deficiencias, las Naciones Unidas merecen ser encomiadas por sus numerosos logros, sobre todo en el 芍mbito humanitario.

Los pa赤ses que salieron victoriosos de la segunda guerra mundial se llevaron la mejor parte con la creaci車n de las Naciones Unidas. La Carta se redact車 para dar a los pa赤ses victoriosos derechos que no se concedieron a otros Estados. Sin embargo, el mundo ha evolucionado considerablemente desde entonces; los criterios han cambiado y ha surgido una estructura multipolar. Ya no es posible que las Naciones Unidas, con sus 192 Miembros, sigan siendo la Organizaci車n que eran cuando s車lo ten赤an 50. Ha surgido la necesidad de reformar el sistema de las Naciones Unidas, sobre todo en cuanto al papel de la Asamblea General y a la necesidad de que 谷sta tenga plena autoridad para asumir sus responsabilidades con respcto al progreso de la humanidad.

Cuando surgieron las Naciones Unidas, los pueblos del mundo creyeron que iban a disfrutar de paz y prosperidad. Lamentablemente, las guerras han proliferado, aunque en t谷rminos generales hayan sido s車lo conflictos regionales o locales. La competencia entre las principales Potencias los ha atizado a迆n m芍s. Miles de v赤ctimas, quiz芍 millones, han perdido la vida en todo el mundo. Los gastos militares han aumentado y los presupuestos militares han ascendido a billones de d車lares. Los pa赤ses peque?os se han sentido obligados a desarrollar sus capacidades militares a expensas de su desarrollo y del bienestar de sus pueblos. Han proliferado las armas de destrucci車n en masa y todo el mundo se ha visto amenazado. Aunque se inst車 a las principales Potencias, que dispon赤an de armas nucleares, a desarmarse, 谷stas no han dado buen ejemplo a otros pa赤ses tomando la iniciativa de desmantelar sus armas de destrucci車n en masa. De ah赤 que apenas se haya respondido al llamamiento para qeu se eliminen las armas de destrucci車n en masa.

Las cifras exorbitantes gastadas en armas podr赤an haberse dedicado a reducir la pobreza, luchar contra las enfermedades y ayudar a los pueblos pobres en la esfera del desarrollo. Millones de personas pasan hambre; centenares de millones se ven privadas del derecho a la educaci車n y padecen enfermedades, pero no puedan acceder a los medicamentos. Las tasas de pobreza han aumentado y tienen repercusiones para las naciones peque?as, cuya inestabilidad ha sido mayor como consecuencia de los golpes militares y los movimientos rebeldes, que dificultan su desarrollo y aumentan su tormento. El mundo no puede tener paz cuando est芍 dividido entre ricos y pobres, y las disparidades entre ambos grupos van en aumento. Ante todo, no podr芍 reinar la paz en el mundo mientras haya pueblos sometidos a la ocupaci車n extranjera y esos pueblos sufran las consecuencias del racismo. La paz s車lo prevalecer芍 en un marco de justicia y respeto de los derechos humanos, independientemente de la religi車n, la raza, el color o la nacionalidad.

Ha llegado la hora de que comprendamos que todas las guerras son un error y un pecado. Debemos trabajar de consuno para evitar la guerra mediante la administraci車n de justicia a fin de salvaguardar las vidas humanas y preservar la dignidad del hombre. La 迆nica guerra que vale la pena librar sin tregua, con la participaci車n de todos, es la guerra contra las enfermedades mort赤feras, la pobreza, el hambre y el analfabetismo.

Sin duda, quedan por delante muchos retos que debemos encarar mediante un esfuerzo concertado por conducto de las Naciones Unidas. La reforma de las Naciones Unidas en todos sus aspectos, sobre todo la reforma del Consejo de Seguridad y la revitalizaci車n de la Asamblea General deber芍n seguir siendo una de nuestras prioridades. Debemos hacer todo esfuerzo posible para lograrlo cuanto antes. De hecho, la consecuci車n de la paz y la seguridad mediante la administraci車n de justicia y el fin de las guerras es un prop車sito fundamental de las Naciones Unidas. Es una responsabilidad que todos los Estados Miembros deben asumir.

Adem芍s, no tenemos otra opci車n que seguir haciendo frente a la cuesti車n del cambio clim芍tico con firmeza y eficacia mediante la cooperaci車n entre los Estados Miembros a fin de que la Asamblea General sea un instrumento eficaz, que promueva con 谷xito las negociaciones actuales sobre el cambio clim芍tico y cree un nuevo marco para nuestra labor futura, sobre la base de los logros alcanzados hasta la fecha y de las metas previstas.

La crisis financiera y econ車mica mundial sigue siendo una de las principales preocupaciones y se requiere un mayor esfuerzo en la b迆squeda de nuevos m谷todos eficaces para enfrentar la crisis, mitigar sus efectos y lograr un crecimiento y un desarrollo econ車micos sostenibles, teniendo en cuenta los efectos negativos de la crisis para la consecuci車n de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, sobre todo en nuestro continente, ?frica. Es imperativo que defendamos firmemente la realizaci車n de los derechos humanos. Este empe?o no puede lograrse s車lo mediante declaraciones ret車ricas, sino que exige que se atiendan las necesidades b芍sicas para una vida digna, tales como los alimentos, las medicinas, el agua potable, los servicios de educaci車n y salud y los medios para combatir las enfermedades peligrosas, como el VIH/SIDA, el paludismo y la tuberculosis. S車lo podremos hacerlo mediante la solidaridad y la coordinaci車n conjunta a fin de crear un mundo mejor, donde todos gocen de la paz y la seguridad, con un nivel de vida digno y donde se respeten los derechos b芍sicos y la libertad de todos.

Puesto que me han elegido para presidir la Asamblea General en el pr車ximo per赤odo de sesiones, quisiera asegurar a todos los miembros que estar谷 a su disposici車n en nuestro esfuerzo conjunto por afianzar y fortalecer las Naciones Unidas y sus 車rganos. Conf赤o en la asistencia y la cooperaci車n de todos los Miembros de las Naciones Unidas y no me sumar谷 a ninguna parte o grupo. S車lo me unir谷 a la justicia, la seguridad, la paz y los intereses comunes de toda la comunidad internacional. Cooperar谷 con el Secretario General y la Secretar赤a en aras del bien com迆n.

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