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D赤a de los Derechos Humanos, 10 de diciembre

Discurso de inauguraci車n de la Sra. Navi Pillay, Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, en el 22? per赤odo de sesiones del Consejo de Derechos Humanos

25 de febrero de 2013

Se?or Presidente y Presidente de la Asamblea General,
Distinguidos miembros del Consejo de Derechos Humanos,
Excelencias y estimados compa?eros:

Perm赤tanme en primer lugar felicitar al Sr. Remigiusz Henczel, que preside su primera sesi車n del Consejo en calidad de Presidente, al comienzo de un a?o que cobra importancia hist車rica para la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, y realmente para el movimiento mundial de derechos humanos en conjunto. Hace 20 a?os, en junio de 1993, m芍s de 7.000 participantes se reunieron en Viena para la Conferencia Mundial de Derechos Humanos. Yo estaba entre ellos y recuerdo v赤vidamente que a la mayor赤a nos preocupaba en ese momento la probabilidad de no lograr avances reales en la protecci車n de los derechos humanos. Muchos consideraban que exist赤a el riesgo de que los derechos fundamentales consagrados en 1948 en la Declaraci車n Universal de Derechos Humanos pudieran sufrir un retroceso.

El muro de Berl赤n hab赤a ca赤do en noviembre de 1989 y, pese al estallido de nuevos conflictos en los Balcanes y otros lugares, el fin de la Guerra Fr赤a dio un nuevo impulso a los conceptos de libertad, democracia y derechos humanos que nos anim車 durante la Conferencia de Viena. Las delegaciones reunidas superaron grandes diferencias en asuntos peliagudos como la universalidad, la soberan赤a, la impunidad y la manera de dar voz a las v赤ctimas. El resultado fue un documento final potente y muy positivo: la Declaraci車n y Programa de Acci車n de Viena.

La Declaraci車n y Programa de Acci車n de Viena es el documento general sobre derechos humanos m芍s significativo elaborado en los 迆ltimos 25 a?os. En 谷l cristalizaron los principios subyacentes de los derechos humanos como universales, indivisibles, interdependientes e interrelacionados, y se hizo avanzar un paso m芍s la noci車n clave de la universalidad, al comprometer a los Estados con la promoci車n y la protecci車n de todos los derechos humanos para todas las personas ?sean cuales fueren sus sistemas pol赤ticos, econ車micos y culturales?. En cierto sentido, al superar la jerarqu赤a artificial por la cual algunos consideraban que los derechos sociales, econ車micos y culturales eran menos importante que los derechos civiles y pol赤ticos, la Conferencia logr車 derribar un segundo muro que separaba a los Estados durante los decenios anteriores. Ese proceso contin迆a, con el Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Econ車micos, Sociales y Culturales que entra en vigor el 5 de mayo y que, por fin, lo equiparar芍 al Pacto Internacional de Derechos Civiles y Pol赤ticos, que tiene, desde hace 37 a?os, un Protocolo Facultativo similar por el cual se aceptan denuncias de particulares.

La Conferencia de Viena dio lugar a avances hist車ricos en varias esferas m芍s. Durante este a?o de aniversario, tendremos varias oportunidades para hacer balance de ellos, por ejemplo en la Mesa redonda de alto nivel sobre la Declaraci車n de Viena que se celebrar芍 hoy, tras el lanzamiento oficial de la conmemoraci車n del aniversario.

Perm赤tanme mencionar solamente algunos de los logros principales de la Declaraci車n y Programa de Acci車n de Viena: su funci車n en el adelanto de los derechos de la mujer, su influencia en la lucha contra la impunidad y su recomendaci車n, aplicada con rapidez, de crear la organizaci車n que me enorgullece representar ahora: la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos.

En Viena, el lema de las organizaciones no gubernamentales ?los derechos de las mujeres son derechos humanos? son車 alto y fuerte, y la Declaraci車n y Programa de Acci車n de Viena reclam車 la visi車n de los derechos humanos de las mujeres. Solicit車 la ratificaci車n universal de la Convenci車n sobre la Eliminaci車n de Todas las Formas de Discriminaci車n contra la Mujer y la integraci車n de los derechos de la mujer en todas las actividades de las Naciones Unidas, e hizo un llamamiento para la aprobaci車n de la Declaraci車n sobre la Eliminaci車n de la Violencia contra la Mujer, adem芍s de apoyar la creaci車n de un Relator Especial sobre la violencia contra la mujer.

La Declaraci車n de Viena conden車 las violaciones graves y sistem芍ticas de los derechos humanos que continuaban en muchas partes del mundo. Destac車 violaciones como la tortura y los tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, las ejecuciones sumarias y arbitrarias, las desapariciones, y las detenciones arbitrarias; se?al車 a la atenci車n todas las formas de racismo, discriminaci車n racial y apartheid, la ocupaci車n y la dominaci車n extranjeras, y la xenofobia. Se?al車 la pobreza, el hambre y la denegaci車n de otros derechos econ車micos, sociales y culturales, la intolerancia religiosa, el terrorismo y la falta de estado de derecho.

Observ車 con preocupaci車n el problema de la impunidad de los culpables de violaciones de los derechos humanos y apoy車 los esfuerzos realizados por los mecanismos de derechos humanos de las Naciones Unidas para examinar todos los aspectos de la cuesti車n. Quiz芍 m芍s significativo fue que, solo un mes despu谷s de que se estableciera el primer tribunal penal internacional especial desde Nuremberg, la Declaraci車n insisti車 a la Comisi車n de Derecho Internacional para que continuara su labor relativa a una corte penal internacional permanente.

La Conferencia no se detuvo ah赤. Reconoci車 que el logro de esos objetivos requer赤a un liderazgo m芍s fuerte y racionalizado dentro del propio sistema de las Naciones Unidas. Con ese fin, solicit車 el establecimiento de un Alto Comisionado para los Derechos Humanos, con el mandato de proteger y promover los derechos humanos, y el puesto fue creado por la Asamblea General ese mismo a?o.

Eso fue hace 20 a?os.

Se han logrado muchos avances durante esos dos decenios. Pero hemos de reconocer que el vaso est芍 medio lleno y la promesa de respetar todos los derechos humanos de todos sigue siendo un sue?o para demasiadas personas.

En muchos pa赤ses se han conseguido grandes adelantos en los derechos de las mujeres, y la legislaci車n internacional ha seguido creciendo, por ejemplo en la esfera de la violencia sexual vinculada a conflictos. La CEDAW ya tiene 187 Estados partes, lo que la transforma en el segundo tratado de derechos humanos con mayor n迆mero de ratificaciones, tras la Convenci車n sobre los Derechos del Ni?o. Su Protocolo Facultativo tiene 104 Estados partes de todas las regiones del mundo, y las decisiones a que ha dado lugar han socorrido a muchas mujeres y han impulsado un cambio profundo en la legislaci車n y las pol赤ticas de numerosos pa赤ses.

Aun as赤, las mujeres siguen siendo v赤ctimas de discriminaci車n y violencia en una magnitud escandalosa.

Ha habido avances tremendos en la lucha contra la impunidad de cr赤menes internacionales durante los 迆ltimos 20 a?os, en especial gracias a tribunales especiales como los de la antigua Yugoslavia, Rwanda, Sierra Leona y Camboya, y al establecimiento de la Corte Penal Internacional, el primer tribunal permanente del mundo con atribuciones para el enjuiciamiento de presuntos culpables de delitos internacionales.

Pero aqu赤 tambi谷n tenemos un largo camino por delante. La Corte Penal Internacional solamente puede actuar si el Estado en cuesti車n es uno de los 122 Estados partes en el Estatuto de Roma, o si la situaci車n le es remitida por el Consejo de Seguridad. Dos situaciones importantes (Darfur en 2008 y Libia en 2011) le fueron remitidas pero, hasta ahora, el Consejo de Seguridad no lo ha hecho en relaci車n con Siria, pese a los numerosos informes de violaciones y cr赤menes generales o sistem芍ticos presentados por mi Oficina, por la Comisi車n Internacional de Investigaci車n para Siria, por organizaciones de la sociedad civil y por los procedimientos especiales.

De nuevo, pese a los avances, realmente inspiradores, de la lucha contra la impunidad y en favor de la rendici車n de cuentas tanto en el plano internacional como en el nacional, incluso mediante procesos de justicia de transici車n, todav赤a hay demasiadas personas con responsabilidad de mando que escapan a la justicia tras cometer cr赤menes graves y grandes violaciones de los derechos humanos. Cientos de miles de personas han muerto en los genocidios de Rwanda y Bosnia y Herzegovina, el territorio palestino sigue ocupado, se han producido violaciones masivas en el Iraq y en Sri Lanka, y siguen cometi谷ndose cr赤menes de guerra en numerosos conflictos internos, incluso los que contin迆an en el Afganist芍n, la Rep迆blica Democr芍tica del Congo, Mal赤, el Sud芍n y Siria. Debemos seguir alimentando y fortaleciendo el sistema dise?ado para ocuparse de esos cr赤menes y esas violaciones, y de quienes los cometen. Tambi谷n es crucial que nosotros, la comunidad internacional, hagamos todo lo que est谷 en nuestras manos para impedir que esas situaciones surjan o se deterioren.

Uno de los resultados m芍s tangibles de la Declaraci車n de Viena es el reconocimiento en todo el mundo de las instituciones nacionales de derechos humanos como protectores y promotores independientes y autorizados clave de los derechos humanos en los planos nacional, regional y mundial. Su n迆mero ha despegado desde menos de 10 a principios de los a?os 1990 hasta las actuales 101 instituciones con acreditaci車n internacional (entre ellas, 71 clasificadas en la categor赤a ?A?).

En la Conferencia de Viena, yo representaba a una organizaci車n de la sociedad civil que se ocupa de los derechos de la mujer, y para m赤 es motivo de orgullo que las ONG representaran un papel tan crucial en esa Conferencia Mundial, especialmente impulsando el establecimiento de una Oficina del Alto Comisionado con un mandato firme e inequ赤voco.

Desde entonces, la sociedad civil ha evolucionado y se ha ampliado, y hoy en d赤a hay muchas m芍s organizaciones nacionales de derechos humanos activas que hace 20 a?os. Estos defensores nacionales de los derechos humanos son los h谷roes de nuestra 谷poca. Por tanto, es muy inquietante que tantas autoridades estatales sigan ignorando o reprimiendo a las organizaciones de la sociedad civil, los defensores de los derechos humanos y los medios de comunicaci車n. Estas organizaciones y personas inyectan la sangre de la vida en los derechos humanos: son los promotores del cambio, las personas que hacen sonar las alarmas por los abusos, la mala legislaci車n y el autoritarismo que crece de manera sigilosa.

No obstante, sigo oyendo hablar de valientes defensores de los derechos humanos, periodistas o blogueros que han recibido amenazas, acoso o que han sido detenidos o asesinados por su labor en favor de los derechos humanos de otras personas. Esos actos intimidatorios a veces incluso han sucedido durante las reuniones de este Consejo. Nunca debemos tolerar esa presi車n, ni tampoco las represalias contra quienes buscan con raz車n la participaci車n del sistema internacional de derechos humanos.

Excelencias,
Compa?eros y amigos:

El sistema de derechos humanos de las Naciones Unidas tambi谷n se ha fortalecido desde la Conferencia de Viena.

Este Consejo comenz車 su labor en 2006, en sustituci車n de la Comisi車n de Derechos Humanos que, pese a las controversias, sent車 las bases firmes de nuestro sistema de derechos humanos. El Consejo ha ganado credibilidad por su diferente modo de operar y, en especial, por la manera satisfactoria en que ha gestionado la primera ronda del examen peri車dico universal, que analiz車 el historial de derechos humanos de todos los Estados Miembros de las Naciones Unidas, sin excepci車n. Insto a todos los Estados a que mantengan esta impresionante actuaci車n durante el important赤simo segundo ciclo. Adem芍s, el Consejo es cada vez m芍s receptivo ante los problemas de derechos humanos y lo demuestra mediante la celebraci車n de varios importantes per赤odos extraordinarios de sesiones y el establecimiento de comisiones de investigaci車n y misiones de constataci車n de los hechos.

En junio de 1993 hab赤a solamente 26 procedimientos especiales con mandatos tem芍ticos o por pa赤s. Actualmente hay 48 mandatos independientes con 72 expertos nombrados por el Consejo. La combinaci車n de independencia, conocimientos especializados y autoridad otorgada por las Naciones Unidas es potente. Es crucial que todos los Estados Miembros cooperen plenamente con los procedimientos especiales, lo que incluye aceptar sus visitas.

Los 車rganos creados en virtud de tratados de derechos humanos tambi谷n han aumentado en n迆mero y en influencia. Dos nuevos tratados internacionales importantes (sobre las personas con discapacidad y sobre las desapariciones) y nueve protocolos facultativos sustantivos y de procedimiento importantes han sido aprobados desde Viena. En 1993, los siete tratados y protocolos sumaban 742 ratificaciones de Estados. Ese n迆mero ha crecido hasta 2.010 Estados partes en 18 tratados y protocolos. Insto a los Estados a aceptar un mayor n迆mero de esos tratados cruciales durante este aniversario. Ser赤a un adelanto muy bien acogido si, al final de 2013, todos y cada uno de los Estados fueran miembros de la Convenci車n sobre los Derechos del Ni?o y de la Convenci車n sobre la Eliminaci車n de Todas las Formas de Discriminaci車n contra la Mujer.

La Oficina del Alto Comisionado, uno de los legados m芍s tangibles de Viena, ha crecido desde una peque?a entidad de poco m芍s de 100 empleados y con presencia en dos pa赤ses, aparte de Ginebra, hasta m芍s de 1.000 miembros en plantilla y presencia en 58 ubicaciones de todo el mundo. Sin embargo, seguimos recibiendo muchas solicitudes de asistencia que no podemos satisfacer. Podr赤amos (y estoy convencida de que deber赤amos) seguir creciendo y madurando para ejecutar 赤ntegramente nuestro mandato de promover y proteger los derechos humanos de todos en todo el mundo.

Para que eso suceda, necesitamos que contin迆en su apoyo y, en especial, necesitamos un nivel de financiaci車n superior, m芍s realista y m芍s sostenible. Estoy convencida de que, colectivamente, no estamos dedicando recursos humanos y financieros suficientes para cumplir, ni siquiera de lejos, las aspiraciones de la Declaraci車n Universal, el documento final de Viena, y todos y cada uno de los per赤odos de sesiones de este Consejo. Es decir, aunque reconocemos plenamente la importancia crucial de los derechos humanos para el desarrollo de una civilizaci車n mundial que ahora consta de m芍s de 7.000 millones de personas, no estamos haciendo el compromiso concreto necesario para hacer frente a los objetivos que hemos declarado y las obligaciones que nos hemos impuesto.

Por eso, les insto a que impulsen la aplicaci車n de las numerosas leyes y normas internacionales notables que se han formulado desde que la Declaraci車n Universal creara el marco b芍sico en 1948, y gracias al posterior despegue vigoroso facilitado por la Declaraci車n y el Programa de Acci車n de Viena.

El 20? aniversario de la Conferencia y la Declaraci車n de Viena coincide con otra ronda de perturbaciones mundiales imprevistas que plantea enormes desaf赤os junto con importantes oportunidades. Por supuesto, no solamente me refiero a los tumultuosos acontecimientos que se han producido en el Oriente Medio y ?frica del Norte durante los dos 迆ltimos a?os y a la situaci車n en la regi車n del Sahel, sino tambi谷n a la enorme crisis financiera y econ車mica mundial y a las amenazas para el medio ambiente, que han aumentado especialmente la pertinencia de brindar atenci車n a los derechos econ車micos, sociales y culturales.

Hoy m芍s que nunca, debemos aprender del pasado y enorgullecernos de los logros, muy reales, que hemos alcanzado durante los 迆ltimos 20 a?os.

En 1993, la comunidad mundial volvi車 a comprometerse a luchar en favor de los derechos humanos para todos. Viena marc車 un cap赤tulo en una revoluci車n de los derechos humanos que hab赤a comenzado casi medio siglo antes, con la aprobaci車n de la Declaraci車n Universal. Cientos de millones m芍s de personas pueden gozar actualmente de sus derechos humanos sin interferencias gracias a las acciones realizadas sobre la base de compromisos definidos en la Declaraci車n de Viena. La tarea que tenemos, como herederos de Viena, es ampliar esos beneficios hasta la 迆ltima persona de la tierra, especialmente hasta las m芍s marginadas y las que m芍s riesgo sufren de violencia, explotaci車n y discriminaci車n. Porque, aunque los 迆ltimos 20 a?os han sido testigos de progresos extraordinarios, nunca debemos olvidar que hay quien se ha quedado atr芍s: migrantes, personas de edad, minor赤as religiosas y 谷tnicas, personas perseguidas por su orientaci車n sexual y su identidad de g谷nero, por citar solo unos pocos casos. Nuestra labor aqu赤 no terminar芍 hasta que la promesa de la Declaraci車n de Viena sea una realidad para todos, sin excepciones, sin excusas.

Les deseo un 22? per赤odo de sesiones productivo y les garantizo mi buena disposici車n, y la de todo mi personal dedicado y esforzado, para darles toda la ayuda que est谷 en nuestras manos.

Gracias, Sr. Presidente.

Sección de Servicios de Internet, Departamento de Comunicación Global de las Naciones Unidas