¹ú²úAV

onsecuencias humanas del accidente nuclear de Chernobyl
Consecuencias humanas del accidente nuclear de Chernobyl

Informe del PNUD, UNICEF, OCHA y OMS
 


Comunicado de prensa DEV/2373
6 de febrero de 2002

Según un informe de las Naciones Unidas, el desastre de Chernobyl
sigue afectando a millones de personas

Los organismos de las Naciones Unidas piden que se adopte una nueva estrategia internacional para restablecer la normalidad en la región

Nueva York, 6 de febrero. Las Naciones Unidas pidieron hoy que se adoptara una estrategia totalmente nueva para ayudar a millones de personas afectadas por el incidente nuclear de Chernobyl porque,16 aÅ„os después del incidente, los damnificados siguen viviendo en un estado de "dependencia crónica", tienen pocas oportunidades y poco control sobre su destino. Las Naciones Unidas advirtieron que las poblaciones de Belarús, la Federación de Rusia y Ucrania seguirían disminuyendo a menos que se adoptaran nuevas medidas significativas para afrontar los problemas relacionados con la salud, el medio ambiente y el desempleo.

Estas conclusiones se exponen en un estudio general de los países y poblaciones afectados por el desastre de Chernobyl, un estudio que las Naciones Unidas dieron a conocer hoy en una conferencia de prensa celebrada en Nueva York. El estudio, llevado a cabo por un grupo internacional de expertos en julio y agosto de 2001, fue encargado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), con apoyo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Oficina de las Naciones Unidas de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).

La más importante de las conclusiones del informe es que es necesario cambiar fundamentalmente la forma de prestar asistencia a las personas que todavía sufren las consecuencias del desastre de Chernobyl, procurando ejecutar proyectos de rehabilitación y potenciación de la comunidad a largo plazo a los que puedan contribuir los damnificados. Según el informe, ya ha terminado la "etapa de emergencia" durante la que se prestó asistencia para la contención, el reasentamiento y el bienestar de las poblaciones, y ahora deberá sustituirse gradualmente por una "etapa de recuperación" que durará diez aÅ„os. En el informe se pide que se celebren seminarios nacionales en los tres países más afectados (Belarús, la Federación de Rusia y Ucrania), a fin de llegar a un consenso sobre nuevos planteamientos que promuevan los servicios básicos de la salud, el desarrollo económico, medidas ambientales creativas e investigaciones internacionales sobre diferentes problemas de salud que todavía no se han resuelto.

Algunas de las medidas propuestas en el informe son:

-- Destinar la mayor parte de los recursos a prestar servicios que puedan contribuir en mayor medida a aumentar la esperanza de vida y el bienestar general, por ejemplo, servicios de atención primaria de la salud, educación sobre la salud, suministro de agua potable y desarrollo económico.

-- Ampliar la reforma sanitaria en los tres países, procurando que los servicios se presten según las necesidades médicas de las poblaciones y que las comunidades rurales pobres reciban mejores servicios. La reforma de los servicios médicos también debería tener en cuenta los efectos de los factores sociales y ambientales en la salud, por ejemplo, la pobreza, la alimentación deficiente, el alcoholismo, el consumo excesivo de tabaco y unas condiciones de vida precarias.

-- Ejecutar un programa a largo plazo, que sea independiente, cuente con fondos suficientes y reconozca la comunidad internacional, para investigar las persistentes secuelas ambientales y sanitarias del incidente de Chernobyl.

-- Procurar atender las necesidades que tendrán durante su vida las personas que cuando se produjo el accidente eran lactantes o niÅ„os, vivían en zonas afectadas por la precipitación de yodo radiactivo y puedan haber contraído o corran el riesgo de contraer cáncer de la tiroides, la mayor amenaza para la población.

-- Prestar atención a los estudios que demuestran que el estado sicosocial de las personas que han permanecido en sus hogares es mejor que el de las poblaciones reasentadas, y también a otros estudios que examinan hasta qué punto pueden suavizarse responsablemente las restricciones de la residencia para que un número cada vez mayor de personas que desean volver a sus hogares puedan tomar decisiones informadas sobre el riesgo que eso supondría.

-- Adoptar medidas económicas intensivas para promover la autosuficiencia de los más afectados y orientar mejor el apoyo directo que se presta a esas personas hasta que sean autosuficientes. También deben adoptarse políticas nacionales para crear unas condiciones económicas que promuevan las inversiones, por ejemplo, establecer zonas empresariales en las aldeas y dar incentivos para crear empresas en las ciudades lindantes con las zonas más afectadas. Sobre todo, debe promoverse la economía agrícola local.

-- Mejorar la planificación de las políticas ambientales, así como su aplicación y gestión en los planos local, nacional y transnacional, a fin de aprovechar la experiencia adquirida y formular estrategias innovadoras para aprovechar la tierra a medida que disminuya la amenaza de la radiación. Conviene centrar la investigación en las secuelas de la contaminación radiactiva para el medio ambiente, incluida el agua, prestando especial atención a las consecuencias para los cazadores, los empleados forestales y otros que dependen de la tierra para vivir.

En el informe se reconoce el importante papel que han desempeÅ„ado los gobiernos respectivos y se seÅ„ala la enorme cuantía de recursos que han invertido en las actividades de socorro humanitario realizadas durante los últimos 15 aÅ„os. A pesar de ello, también se pide a los donantes y a los gobiernos de todo el mundo que sigan prestando apoyo activamente.

En el informe se subraya la necesidad de que en la próxima etapa se preste atención especial a dos grupos de damnificados: en primer lugar, a un grupo de 100.000 a 200.000 personas que viven en zonas muy contaminadas, personas reasentadas sin empleo y otras cuya salud se ve directamente amenazada, incluidas las víctimas del cáncer de la tiroides. Ya se han detectado 2.000 casos de cáncer de la tiroides y se prevé que en los próximos aÅ„os habrá de 8.000 a 10.000 más. En el informe se indica que este grupo de personas es el más afectado por los distintos problemas creados por Chernobyl, por lo cual debe asignarse prioridad a atender sus necesidades y a ayudarlo a decidir su destino.

En segundo lugar, en el informe se llega a la conclusión de que cientos de miles de personas afectadas directa y significativamente por el incidente ya pueden mantenerse. Este grupo ha encontrado empleo y lo que más necesita ahora es reintegrarse en la sociedad para que sus necesidades puedan atenderse con los servicios y programas habituales.

Los tres países afectados y la comunidad internacional deben aunar fuerzas para iniciar la nueva etapa de recuperación y desarrollo sostenible. El objetivo de esta etapa debería ser "trabajar para normalizar la situación de las personas y las comunidades afectadas a mediano y a largo plazo". Este objetivo se logrará si se adopta una estrategia integral para afrontar los problemas médicos, ambientales y económicos de los damnificados y ayudarles a ejercer un mayor control sobre su futuro.

Según el informe, esta etapa de transición ya debía haberse iniciado hace tiempo y no es una solución de compromiso. De hecho, con los fondos disponibles, es la única alternativa posible a la interrupción gradual de las actividades de recuperación, la pérdida incesante de los escasos recursos disponibles y los continuos sufrimientos de la población afectada por el problema.


Fuente: comunicado de prensa
DEV/2373, 6 de febrero de 2002


> > Portada
> >