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Consecuencias humanas del accidente nuclear de Chernobyl

Informe del PNUD, UNICEF, OCHA y OMS
 


6 de febrero de 2002

Observaciones introductorias del Coordinador de las Naciones Unidas de la cooperación internacional para Chernobyl, Secretario General Adjunto, Sr. Kenzo Oshima,

en la reunión de prensa celebrada en relación con la presentación del informe sobre «las consecuencias humanas del accidente nuclear de Chernobyl: una estrategia para la recuperación»

Sede de las Naciones Unidas, miércoles 6 de febrero de 2002, 16.00 horas

Damas y caballeros, buenas tardes. Les doy las gracias por su presencia.

En mi calidad de Coordinador de las Naciones Unidas de la cooperación internacional para Chernobyl, les doy la bienvenida a esta reunión informativa en la que presentamos un nuevo informe titulado «Consecuencias humanas del accidente nuclear de Chernobyl: una estrategia para la recuperación».

Me acompañan funcionarios de diversos organismos de las Naciones Unidas: el Sr. Mark Malloch Brown, Administrador del Programa de la Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Sra. Carol Bellamy, Directora Ejecutiva del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, Sr. Kalman Mizsei, Coordinador Adjunto de la Naciones Unidas para Chernobyl y Administrador Auxiliar del PNUD, y el Sr. Douglas Gardner, Coordinador Residente de la Naciones Unidas en Ucrania, quien viajó desde Kiev especialmente para asistir a esta reunión en representación de los tres equipos de la Naciones Unidas en los países.

Nos complace presentar este nuevo informe, que fue preparado 15 años después del desastre de Chernobyl y contiene los resultados de un estudio concluido en julio y agosto de 2001 por iniciativa de las oficinas del PNUD y el UNICEF en los tres países afectados: Belarús, la Federación de Rusia y Ucrania, con el apoyo de mi oficina y la Organización Mundial de la Salud (OMS). En el proceso de preparación de este informe también se celebraron consultas con las organizaciones del sistema de las Naciones Unidas. El estudio y el informe han recibido el apoyo de los miembros del Grupo Interinstitucional de Tareas de las Naciones Unidas sobre Chernobyl, del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el Banco Mundial y otros organismos. El estudio fue realizado por un grupo de reconocidos especialistas internacionales y expertos nacionales en ecología, salud y economía.

¿Por qué es necesario una nueva evaluación del desastre de Chernobyl después de transcurridos 15 años? Hay varias razones: 1) es preciso conocer a fondo los efectos, no sólo inmediatos, sino también a largo plazo, de esos accidentes; debemos estar mejor preparados para el caso de que se produzca otro accidente; 2) el de Chernobyl es un problema que puede contribuir a fomentar la cooperación en el seno de la comunidad internacional, entre particulares, comunidades y gobiernos y, lo que es más importante, 3) la comunidad internacional no debe dar la espalda a la población y a los Gobiernos de los tres países más afectados. Tras un decenio y medio de participación y asistencia, la comunidad internacional no debe dejar el trabajo a medio hacer, cuando aún hay necesidades que no han sido atendidas. El objetivo de la evaluación fue precisamente obtener información fiable sobre las condiciones en que vive actualmente la población afectada por el accidente de Chernobyl después de 15 años de ocurrida la explosión y formular recomendaciones sobre la manera mas idónea de atender sus necesidades en la actualidad y en el futuro.

Desde que se planteó el problema de Chernobyl por primera vez en la Naciones Unidas en 1990, cuatro años después del accidente, la comunidad internacional ha estado prestando asistencia humanitaria de emergencia a la población que sufre sus consecuencias. En el curso de 15 años, el carácter del problema ha variado. Al reconocer esta circunstancia, se consideró necesario modificar el rumbo de las actividades e iniciar un nuevo proceso en el cual se asignaría mayor importancia a la función que desempeñan el PNUD, el UNICEF y otros organismos de desarrollo. Los tres Gobiernos de la región prestaron su apoyo a este cambio de rumbo y a la mayor importancia asignada al desarrollo, sin olvidar el carácter humanitario esencial del problema en lo que respecta a la población afectada.

El año pasado se adoptaron dos medidas concretas al respecto: primero, el Secretario General nombró Coordinador Adjunto de las Naciones Unidas para Chernobyl al Director Regional para Europa y la Comunidad de Estados Independientes del PNUD, Sr. Kalman Mizsei, a fin de que complementara mi labor, a la luz de esta nueva orientación de las actividades; y, segundo, se encomendó la realización del estudio mencionado para volver a examinar la cuestión de Chernobyl desde la nueva perspectiva del desarrollo con objeto de obtener una visión más clara de la situación actual y formular recomendaciones concretas.

El resultado más importante del informe es que se señalan las consecuencias de la contaminación radiactiva derivada del accidente de Chernobyl, como el cáncer de tiroides en quienes eran niños en la época del accidente, las radiaciones internas debidas al consumo de alimentos contaminados, los efectos psicológicos del accidente y otros problemas sanitarios que subsisten en Belarús, la Federación de Rusia y Ucrania. No obstante, en el informe se señala que no todos los problemas de salud pueden ser atribuidos directa y exclusivamente al efecto de la radiación. Ante todo, en el informe se indica que los problemas sanitarios vinculados con el accidente de Chernobyl ponen de relieve la compleja interacción entre la salud, la ecología, la economía y el desarrollo de la comunidad.

En consecuencia, en el informe se formulan recomendaciones destinadas a la recuperación y el desarrollo sostenible. Se propone, entre otras cosas, que se otorgue atención particular y especial a las necesidades sanitarias de las víctimas del cáncer de tiroides y a otras víctimas directas del accidente; que se ejecute un programa de investigación a largo plazo, y que cuente con financiación suficiente, sobre las consecuencias ambientales y sanitarias del accidente de Chernobyl. Ese programa podría ser ejecutado con el patrocinio de una fundación internacional para Chernobyl, que podría servir de catalizador para las actividades de investigación y asistencia en todo el mundo, la promoción de las inversiones, la instauración de planes de microfinanciación en las comunidades locales y la adopción de otras medidas. El objetivo de esta estrategia es garantizar que los recursos sean destinados a quienes más los necesitan y posibilitar que la mayor parte de la población logre la autosuficiencia, a fin de que pueda ejercer el control de su propia vida y decidir su propio futuro, en un contexto de desarrollo económico y social sostenible en el próximo decenio.

El informe contiene aproximadamente 20 propuestas de proyectos, cada una de las cuales se refiere a una determinada necesidad vinculada con el desarrollo. Esas propuestas se relacionan, entre otras cosas, con la promoción de técnicas innovadoras de protección de las actividades agrícolas contra la radiactividad y el fortalecimiento de la atención primaria de las salud, así como con la promoción de las inversiones internas y la creación de cooperativas de crédito en las regiones afectadas. Esos proyectos tienen por objeto fomentar la cooperación entre las organizaciones internacionales competentes, los donantes y los organismos de voluntarios. Ya se han elaborado versiones más detalladas de esos proyectos. En los próximos dos o tres meses concluirá la preparación de las propuestas correspondientes, que serán presentadas a la comunidad de donantes a fin de obtener su apoyo.

A comienzos de la primavera me propongo realizar mi segunda visita a la región, con objeto de obtener información de primera mano sobre las condiciones imperantes en el lugar y ultimar la preparación de propuestas concretas para los donantes. Poco después de mi visita a los tres países, celebraremos una reunión con los miembros del Grupo Interinstitucional de Tareas de las Naciones Unidas, con organizaciones regionales e intergubernamentales, los Gobiernos de los Estados más afectados, donantes y organizaciones de voluntarios. Juntos esperamos movilizar el apoyo para este programa y dar nuevo impulso a la cooperación internacional mediante la aplicación eficaz de las propuestas formuladas en la estrategia para la recuperación.

Invito ahora al Sr. Malloch Brown y a la Sra. Bellamy a hacer uso de la palabra.


Fuente: Oficina de las Naciones Unidas de Coordinación de Asuntos Humanitarios


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